Cuidado de los 14 TIPOS DE PIEL

La piel es el órgano que más refleja nuestro estilo de vida y es muy importante saber cuál es nuestro tipo de piel para dedicarle unos cuidados u otros. Según la sensibilidad, el nivel de grasa, la hidratación y la textura podemos diferenciar diferentes tipos. Mari Meskheli, dra. en Farmacia y directora creativa de la firma de cosmética, Delfy nos ofrece las claves de cada biotipo.

Piel eudérmica. Nombre utilizado por los dermatólogos para referirse a la piel normal. Es un tipo de piel que está en equilibrio de hidratación y oleosidad, y gracias a esto tiene una textura perfecta. Se caracteriza por no tener los poros muy abiertos ni pequeños, por lo que no tiene imperfecciones. Los cuidados que necesita este tipo de piel son sencillos: limpieza e hidratación.
Piel seborreica. Se caracteriza por tener una textura grasa. Es el tipo de piel más propenso a acumular imperfecciones y espinillas, pero envejece muy despacio gracias a la oleosidad que tiene. Necesita un cuidado especial y es que la rutina de limpieza debe ser profunda además de cuidar los hábitos y la dieta que influyen directamente en la producción de grasa de la piel. Por lo que se recomienda seguir un estilo de vida saludable y evitar los alimentos ultraprocesados.
Piel seca. Es una piel con una hidratación muy baja y con muy poca oleosidad, por lo que es más finita. Los poros son pequeños y tiene un aspecto terso y sin brillo. Al ser tan fina está menos defendida y tiene una alta probabilidad de padecer infecciones. Lo más importante para el cuidado de este tipo de piel es mantenerla hidratada durante el día, y aportarle grasa por las noches.
Piel mixta. Es un tipo de piel que posee grasa en la zona T de la cara (frente, nariz y barbilla) y en el resto de la cara el nivel de hidratación puede variar siendo de tipo normal o seca. En la zona T habrá mayor probabilidad de aparición de imperfecciones como consecuencia de unos poros más grandes y abiertos. Los cuidados deben tratarse con especial atención ya que es difícil tratar dos tipos de piel en una, podrá utilizarse un limpiador especial, tonificador del resto y una hidratante específica.
Piel deshidratada. Mucha gente confunde hidratación con nutrición y este tipo de piel con la piel seca, pero la piel deshidratada únicamente carece de hidratación, no de grasa. Presenta pequeñas fisuras visibles. Al confundirla con la piel seca no se suelen llevar los cuidados adecuados, lo que hace que la piel no mejore; por eso debemos utilizar únicamente una crema que de a la piel un extra de hidratación y por supuesto, hidratarnos por dentro.
Piel sensible. Es un tipo de piel que se irrita y daña con facilidad ante cualquier estímulo. Los cuidados que debemos seguir son los siguientes: una buena limpieza con productos especiales para pieles sensibles, crema hidratante, y demás productos que contengan un pH similar al de la piel; evitar largas exposiciones al sol.
Piel Madura. Con independencia de la edad, aunque la piel a partir de los 40 se considera piel madura, es la piel dañada, con carencias severas de hidratación, desvitalizadas por exposiciones al sol u opacas por malos hábitos como el tabaco, el estrés o una dieta inadecuada. La doctora Mari Meskheli reconoce un rostro maduro porque presenta una piel envejecida con signos con: manchas, arañas vasculares, arrugas y flacidez. Y recomienda limpieza, exfoliación, Sérum, hidratación con productos dedicados al rejuvenecimiento de la piel y nutrición.
Piel Joven. La piel joven se ve más suave, luminosa y tersa gracias a la renovación celular constante y a que la síntesis de proteínas de sostén funciona apropiadamente. El problema más común con la piel joven es el exceso de la producción de sebo y el acné. Como es la piel más “bonita” se puede pensar que no requiere cuidados, sin embargo, hay que limpiarla mañana y noche e hidratarla a diario, ¡incluso si es grasa o con tendencia al acné!
Fototipo I. Pieles muy blancas de personas rubias o pelirrojas y ojos claros y que tienen pecas. Son personas que se queman muy fácilmente y nunca se broncean. Requiere medidas estrictas de protección solar para evitar estas quemaduras.
Fototipo II.Piel y ojos claros son característicos también en este fototipo, aunque las pecas en este caso pueden aparecer ocasionalmente o tras la exposición al sol. Son individuos que toleran un poco más el sol con respecto al fototipo I.
Fototipo III.Piel blanca. Los ojos y cabello en estas personas son de tonos castaños y las quemaduras solares no son tan frecuentes. Aun así, el mejor cuidado como para el resto de pieles blancas es el de aplicar protector solar 50+ siempre en cualquier época del año, incluso en invierno.
Fototipo IV. Piel oscura y ojos y cabello oscuros. Se broncea más rápidamente y puede tolerar tiempos de exposición de una media hora o más sin quemarse.
Fototipo V. Piel, cabello y ojos oscuros. Son personas que se queman muy raramente pero en opinión de la Dra. deben aplicarse protector solar a diario -aunque, si lo prefieren, con menor filtro.
Fototipo VI. Piel muy pigmentada, ojos y cabello negro. Difícilmente se queman. Si bien es cierto que tienen un margen de tiempo mayor antes de quemarse y menor incidencia en general de cáncer, también lo es que no están exentos de riesgo.