Revista VidaEstética & Spa #515
Revista Vida Estética
Suscríbete
GRATIS!

DE LA DEFORMIDAD A LA PERFECCIÓN: CLAVES DE LA CIRUGÍA MAXILOFACIAL Y ORTOGNÁTICA

Francisco Riba, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial y Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva y director médico de Face Clinic, pionero en aplicar la tecnología 3D en su campo en España, desvela los secretos de una técnica capaz de diseñar facciones a medida, con resultados inmediatos y definitivos.

Alternativa definitiva a los rellenos temporales, como los de ácido hialurónico o los hilos tensores (PDOS de polidioxanona y Shilhouette Soft de ácido poliláctico), las prótesis impresas con tecnología 3D son las protagonistas del rejuvenecimiento facial del siglo XXI. “Sin duda, las prótesis faciales costumizadas y fabricadas con precisión milimétrica, son una opción revolucionaria y cada día más asequible”, comenta el Dr. Riba. Realzan, reposicionan y corrigen facciones (pómulos, mentón, frente, etc.), atenúan las arrugas del tercio medio de la cara, disimulan la nariz prominente y consiguen eliminar o suavizar el pliegue naso labial, con una técnica mínimamente invasiva y con una precisión milimétrica, a la carta.

 “En ocasiones, los huesos que dan forma a la cara no se desarrollan como cabría esperar; bien porque crecen más o más rápidos que otros, bien porque aumentan más de un lado que de otro. Estas alteraciones pueden ser de nacimiento o manifestarse a lo largo del crecimiento de la persona y aparecer en cualquiera de los tres planos del rostro: superior, medio e inferior. En el antero-posterior, afectan a las mandíbulas excesivamente grandes o pequeñas, que, aparte de proporcionar al rostro un aspecto de “cara de pájaro”, pueden derivar en el futuro en síndromes como la apnea del sueño. Si el defecto se produce en el crecimiento del maxilar superior, aparecen las caras planas o de perfil cóncavo”. En el plano transversal, lo más común es que se produzcan asimetrías, “personas que tienen la mitad de la cara más grande que la otra y la barbilla desviada hacia el lado que menos se ha desarrollado.

Por último, si la anomalía se concreta en el plano supero-inferior, lo más habitual es encontrar caras muy largas o muy cortas. La cirugía ortognática u ortofacial es la espacialidad que se hace cargo de normalizar estos defectos, mediante dos vías:

Una, recolocando los huesos de la cara donde les correspondería estar de acuerdo con unos valores, puntos, líneas, planos y ángulos estandarizados. Para llevar a cabo estas técnicas, se precisa siempre de la colaboración de un ortodoncista, que debe estar integrado en el equipo médico con el objetivo de mantener la misma línea de actuación y que se ocupe de prescribir la ortodoncia, pre o postoperatoria que depende de cada persona, para que la dentadura ocupe la posición que le corresponde en el hueso en el que están insertados y alcanzar la máxima armonía.

Dos, la segunda vía de tratamiento de las deformidades dentofaciales, se basa en las técnicas de camuflaje. En estos casos, los objetivos del tratamiento son completamente diferentes, ya que buscan lograr una armonía facial con procedimientos menos agresivos, que en muchos casos están basados en pequeñas osteotomías (desplazamiento de los huesos) o colocación de implantes. Así se combinan prótesis malares (mejillas) para realzar los pómulos, ángulos mandibulares y mentón (barbilla) o nasales con el fin de disimular el rictus nasogeniano. También es muy común unir estos protocolos con la extracción de la grasa de las bolsas Bichat (situadas al lado de cada mejilla) para afinar los rasgos y suavizar “las caras de pan” excesivamente redondeadas.

Aclarar que esta disciplina quirúrgica puede modificar la forma y posición de un maxilar o de ambos en función de las necesidades de cada individuo y que con frecuencia se combina con procedimientos de cirugía estética –mentoplastia, prótesis, injertos de grasa propia…-; se realizan siempre bajo anestesia general, en un centro hospitalario adecuado, y su duración oscila según la dificultad entre los 45 minutos y las 3 horas. Requiere una hospitalización de 24/48 horas y, gracias a las gomas intermaxilares que permiten hablar y comer, el bloqueo bucal ya no es necesario. Los periodos de convalecencia, oscilan entre una y dos semanas, aunque los resultados definitivos no se aprecian hasta pasados unos meses, cuando desaparece la inflamación.

Información:
Face Clinic
C/ Diego de León, 39
28006 Madrid
Tel. 91-088.58.12
www.faceclinic.es

 

La entrada DE LA DEFORMIDAD A LA PERFECCIÓN: CLAVES DE LA CIRUGÍA MAXILOFACIAL Y ORTOGNÁTICA se publicó primero en Revista Vidaestetica – Estética, Healthy Life & Wellness.

Facebook
Pinterest
LinkedIn
Twitter
Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subscribe To Our Newsletter

Subscribe to our email newsletter today to receive updates on the latest news, tutorials and special offers!