>> Este tipo de caída suele intensificarse en estaciones como el otoño y se caracteriza por una pérdida de cabello brusca y difusa causada por una alteración del ciclo vital del pelo, según explican desde Hospital Capilar
>> La duración de la caída determinará si existe un efluvio telógeno agudo, que aparecerá durante tres o cuatro meses, o crónico, en el que se producirá una pérdida de pelo continuada que podrá durar un mínimo de 6 meses e, incluso, años
>> Este problema capilar suele originarse en periodos como el postparto, así como por otros factores como problemas de tiroides, alteraciones endocrinas, la ingesta de determinados medicamentos, dietas desequilibradas o sufrir altos niveles de estrés y ansiedad
Además de la alopecia androgénica, son varios los factores que pueden propiciar la pérdida del cabello, entre los que se encuentran el efluvio telógeno, una patología que más del 50% de las mujeres sufre en algún momento de su vida, aunque también puede manifestarse en los hombres y en las personas mayores. Este proceso, que suele intensificarse en mayor medida en estaciones como el otoño, da lugar al efluvio estacional, que se caracteriza por una caída del pelo brusca y difusa causada por una alteración del ciclo vital del cabello, en la que muchos de los pelos que se encuentran en fase de crecimiento, pasan simultáneamente a encontrarse en fase telógena o de caída. Por ello, desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar, explican los dos tipos de efluvio telógeno existentes, cuáles son sus causas principales y cómo tratar este problema.
“El efluvio telógeno se trata de un incremento repentino del porcentaje de cabello en fase de caída o telógena en la que se produce una pérdida de pelo llamativa superior a la media de más de 100 pelos al día. No obstante, es un proceso reversible y autolimitado en el tiempo, desencadenado generalmente por una causa concreta, que suele producirse habitualmente entre dos y tres meses después de que ésta haya sucedido. A pesar de que durante esta época del año es un motivo de consulta muy frecuente, es cierto que ésta no solo se produce necesariamente en otoño, ya que es bastante habitual debido a causas como el estrés, factores hormonales o la disminución de horas de luz”, explica la doctora Raquel Amaro, de la clínica Hospital Capilar.
Así, esta patología capilar hace que muchos folículos entren en la fase de envejecimiento del pelo, conocida como telógena, percibiéndose una caída masiva del cabello de forma súbita y una disminución del volumen del mismo. De esta forma, durante este periodo el cabello se vuelve más frágil y se cae con mayor facilidad, existiendo una pérdida difusa que hace que se vaya aclarando progresivamente la zona superior del cuero cabelludo; aunque también puede afectar tanto zonas laterales como a la zona posterior. “Como se trata de una pérdida de cabello súbita y llamativa, lo que podemos encontrar es una pérdida difusa de densidad de manera general. En estos casos, los pacientes refieren encontrar mucha más cantidad de pelo de lo habitual en la almohada, en el cepillo o en la ducha, dando como resultado una disminución muy intensa de cabello. Las mujeres, además, también suelen manifestar que perciben que el volumen de la coleta es cada vez más fino”, recalca la especialista de Hospital Capilar.
En la mayoría de los casos, el efluvio telógeno suele tratarse de un proceso reversible, aunque la duración del mismo determinará si nos encontramos ante un efluvio telógeno agudo o crónico. En el primero de los casos, la pérdida de cabello se produce de forma limitada en el tiempo, conllevando una duración de, aproximadamente, tres o cuatro meses, mientras que el crónico, hace referencia a una caída continuada que puede durar un mínimo de 6 meses e, incluso, años; afectando fundamentalmente a mujeres de entre 30 y 60 años. Por ello, mientras que el efluvio telógeno agudo suele erradicarse al superar la causa que dio origen a este problema, el crónico suele precisar tratamientos que favorezcan la fase de regeneración, ya que, en muchas ocasiones, el factor desencadenante no podrá eliminarse por sí mismo.
A este respecto, la doctora Amaro remarca que “el efluvio telógeno suele tener un pronóstico positivo, y el cabello vuelve a crecer como máximo al cabo de un año si el paciente sigue los tratamientos adecuados. De esta forma, cuando comienza la recuperación, se empiezan a ver cabellos cortos que van apareciendo progresivamente”.
Causas del efluvio telógeno en hombres y en mujeres
En muchas ocasiones, esta patología capilar puede deberse a diferentes motivos o ser una combinación de diferentes causas. En el caso de las mujeres, el efluvio telógeno suele deberse a alteraciones hormonales vinculadas a la cantidad de estrógenos, lo que le hace intensificarse, por tanto, en etapas como el postparto hasta en el 45% de los casos; sumado a otros factores como problemas de tiroides, anemia, alteraciones endocrinas, medicamentos prescritos a largo plazo, dietas desequilibradas o sufrir altos niveles de estrés u ansiedad. Por su parte, los hombres suelen sufrir este problema en menor proporción, aunque su aparición suele estar también condicionada por situaciones de estrés continuado, así como por falta de hierro o por la ingesta de ciertos medicamentos.
“Tanto en el efluvio telógeno agudo como en el crónico se produce una interrupción del ciclo de crecimiento. No obstante, la mayoría de las veces el agudo se debe a situaciones de estrés, eventos traumáticos, infecciones agudas, e incluso, se origina cuando transcurren fases como el parto o la menopausia. Sin embargo, en el crónico este proceso se da de forma constante durante más de seis meses, y aunque también puede estar enmarcada dentro de contextos de estrés o enfermedades, suele deberse, mayoritariamente, a alteraciones y déficits nutricionales o vitamínicos”, subraya la doctora Amaro.
Consejos para prevenir la caída del cabello
Para combatir el efluvio telógeno, será necesario corregir los problemas que puedan originarlo, como el estrés, los desórdenes hormonales o las carencias nutricionales, ya que, una vez atacada la raíz del problema, éste suele desaparecer. Es importante recalcar que, aunque la alimentación por sí misma no frenará la caída, seguir una dieta sana, rica y variada será fundamental para la buena salud de los folículos pilosos. Por ello, se recomienda ingerir alimentos que contengan antioxidantes como vitaminas B, C y E, así como biotina, zinc o hierro, incluyendo en nuestra dieta verduras crucíferas, pimientos, frutas cítricas, pescados azules, huevos, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Asimismo, se recomienda mantener una correcta higiene del pelo para regular los niveles de grasa en el cuero cabelludo, utilizando productos que puedan fortalecer las unidades foliculares, además de cepillar el cabello a diario para desprender el pelo que está a punto de caer y que así el nuevo pueda crecer antes. Por otro lado, se aconseja no abusar de elementos de calor como secadores o planchas, ya que éstos podrán estropear el cabello y provocar que se debilite.
“No obstante, si esta pérdida de cabello dura demasiado tiempo, en determinadas ocasiones será necesario recurrir a complementos vitamínicos para fortalecer el pelo y, si existe algún déficit nutricional o carencia detectable mediante un análisis, también será preciso el uso de un suplemento o fármaco para minimizarla. Además, en los casos más intensos, pueden ser útiles tratamientos como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) o el Minoxidil oral en dosis bajas, que contribuirán a estabilizar la caída y fomentar su recuperación”, concluye la especialista de Hospital Capilar.
La entrada El efluvio telógeno, el segundo tipo de caída capilar más frecuente entre las mujeres se publicó primero en Revista Vidaestetica – Estética, Healthy Life & Wellness.