Revista VidaEstética & Spa #515
Revista Vida Estética
Suscríbete
GRATIS!

Pieles borrachas: qué son y por qué no tiene nada que ver con beberse unas copas de más

A veces, creemos que todo lo que sale al mercado cosmético es bueno para nuestra piel y, en un ejercicio de aplicarnos todos los principios activos, podemos emborracharla y que se vea apagada.

Que cuando bebemos más alcohol del debido se nota en nuestra piel, es una realidad. Esto obedece a los picos glucémicos que provoca y que hacen que la piel se vea más apagada, deshidratada y cetrina. Sin embargo, una piel borracha poco tiene que ver con esto. Es, más bien, “una piel que tiene demasiados principios activos aplicados en su rutina diaria y, lejos de ayudarle, le pueden estar produciendo una congestión o fatiga. Esto puede revelar un aspecto sin vida o tremendamente alterado”, confiesa la cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode, Sonia Ferreiro. Esta ebriedad cutánea obedece a que el mercado cosmético ofrece cada vez más avances y mejores principios activos y tendemos a creer que todos ellos son buenos para nuestra piel. Esto hace que consideremos que ‘más es más’ y que todo junto es mejor, pero los resultados suelen demostrar lo contrario.

¿Qué es una piel borracha?

De igual forma que cuando bebemos más alcohol de la cuenta no tenemos la misma capacidad de respuesta, con nuestra piel ocurre un poco lo mismo. “Cuando una piel está borracha de principios activos, ocurren en ella una serie de situaciones que pueden ser de lo más variadas y que dependerán de cada persona, su condición genética y de su estilo de vida”, defiende Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8. Esto implica que “la ebriedad cutánea no siempre se presenta de la misma manera y en cada caso puede revelar síntomas muy diferentes. Es por ello que debemos acudir a expertos para que nos hagan un adecuado diagnóstico de piel”, defiende la experta en cosmética y asesora de rutinas de belleza en Pure Niche Lab, Marta Agustí.

¿Qué síntomas presenta?

Como veníamos diciendo, los síntomas pueden ser muy variados, aunque hay algunos que resultan un poco más habituales y que nos pueden servir de indicio para diagnosticar ebriedad cutánea. “Podemos encontrarnos, por un lado, pieles con el tono más apagado o, incluso, con signos de la edad pronunciados. Esto puede suceder cuando se aplican muchos principios con altas cargas activas o niveles de pH muy bajos que producen en la piel procesos inflamatorios. Puesto que la inflamación es la principal culpable del envejecimiento de la piel, debemos evitarla, ya venga por causas como el estrés, la mala alimentación o porque estemos saturándola con un exceso de cosméticos”, resuelve Natalia Abellán, directora técnica de Ambari.

“También es muy común encontrarse con brotes de acné. En un ejercicio de intentar seborregular la piel con ingredientes como los ácidos exfoliantes, por ejemplo, podemos caer en la política del exceso y debilitar tanto la barrera de la piel que, esta, en un intento de autorrecuperarse, empieza a generar mucha más grasa, desencadenando un desnivel lipídico que puede llevar a fuertes brotes de acné”, comenta Bella Hurtado, directora técnica de Bourijour, quien añade que: “cuando nos enfrentamos a casos así, hay que reducir pasos y buscar calmar la piel. Es habitual que la gente confunda esa sobreproducción de grasa y esos brotes con la idea de que necesita más exfoliación, cuando lo que mejor les viene es todo lo contrario: calma, hidratación y reponer la barrera hidrolipídica”.

Pero es que, dentro de los posibles brotes de acné, puede haber otra causa: que le estemos dando demasiados nutrientes a la piel. “Si aplicamos texturas más ricas y nutritivas de las que necesita la piel, se puede congestionar y ocasionar lo que conocemos como tejido asfíctico. Tanto lípido lo congestiona y lleva a la presencia de más puntos negros o granitos”, establece Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.

Puesto que tanto en el segundo como el tercer caso pueden aparecer granitos, es muy importante acudir a un experto, ya que la manera de tratarlo será completamente diferente en casa uno de ellos. “Mientras que en una piel asfíctica intentaremos exfoliar, renovar y seborregular, en una piel sensibilizada con granitos aportaremos mucha hidratación y principios como las ceramidas, de manera que restablezcamos la barrera de la piel”, expone la experta de Byoode y cosmetóloga, Sonia Ferreiro.

La ley del ‘menos es más’

¿Significa todo esto que ‘menos es más’? Sí y no. “Lo que implica es que debemos aplicarle a cada piel lo que necesita en cada momento. Mientras que hay tejidos que con una buena limpieza y una crema hidratante podrían mantenerse en condiciones óptimas, otros casos requieren de rutinas más complejas con más pasos y productos en ellas, pero siempre dentro de la lógica cosmética y de manera que cada producto aporte y no reste”, defiende Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD. ¿Cómo saber qué le viene bien a tu piel? Pues lo mejor es dejarse asesorar, pero hay una serie de mínimos que mejor cumplir.

Los básicos para acertar seguro

La doble limpieza

Una doble limpieza siempre es una de las claves para una piel bonita. Te maquilles o no, siempre debe hacerse porque sirve también para retirar el SPF que sí o sí deberías estar usando, tanto en verano como en invierno. “Por la debes hacer solo el segundo paso de limpieza y por la noche, los dos. El primer limpiador siempre en bálsamo o en aceite y el segundo puede ser en gel, espuma, polvo…”, determina Sonia Ferreiro, de Byoode

Exfoliación

Exfoliarse siempre es bueno y la clave está en hacerlo en su justa medida. Si lo hacemos demasiado poco, pueden aparecer puntos negros, verde la piel más apagada… y si nos pasamos de largo, puede desequilibrarse la función-barrera de la piel. “Con exfoliarse unas dos o tres veces por semana, sería suficiente”, confiesa Natalia Abellán, de Ambari.

Sérums específicos y contornos

No todos los serums son para todo el mundo y por eso hay que apostar por incluir en la rutina uno, dos o incluso tres en casos muy concretos. Eso sí, siempre, de manera que no se solapen y que tengan lo suficiente para aportar a nuestra piel lo que necesita y no sobrecargarla. “Lo mínimo es optar por un suero que sea humectante, rico en activos como el ácido hialurónico, y antioxidante si hablamos de la rutina de mañana, con opciones como la vitamina C. Por la noche, un suero regenerador será la clave”, establece Elisabeth San Gregorio, de Medik8. Lo mismo ocurre con el contorno de ojos: “debemos optar por aquel específico para nuestra preocupación: para tratar la ojera oscura, las patas de gallo, la congestión… sobrecargar con contornos puede conllevar la aparición de milliums o puntos blancos”, defiende Estefanía Nieto, de Omorovicza.

La crema hidratante

Lo que nunca debe faltarte. “La recomendación es apostar por aquellas que llenen la piel de hidratación con ingredientes como el ácido hialurónico o la glicerina, así como ceramidas para sellar. Si hablamos de pieles secas, agradecerán ingredientes más untuosos como la manteca de karité”, concluye la experta de Omorovicza.

 

La entrada Pieles borrachas: qué son y por qué no tiene nada que ver con beberse unas copas de más se publicó primero en Revista Vidaestetica – Estética, Healthy Life & Wellness.

Facebook
Pinterest
LinkedIn
Twitter
Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subscribe To Our Newsletter

Subscribe to our email newsletter today to receive updates on the latest news, tutorials and special offers!