Ya han comenzado las inscripciones para la próxima edición de los premios Vida Estética. Ganar un premio de estética profesional es un logro destacado que impulsa la credibilidad y prestigio del profesional. Reconocimiento a la excelencia y dedicación en la industria estética.
En la pasada edición Silvia Oliete ganó en la categoría de cosmética de autor con su producto I’m the cleanser de su línea SO. Hablamos con ella sobre lo que suposo este reconocimiento.
¿Cómo te sentiste al recibir el premio a la mejor cosmética de autor?
¡Emoción, mucha emoción! Sentir que tu trabajo e ilusión, en este caso traducido en un producto, es valorado por un equipo de profesionales del sector del más alto nivel, es un verdadero regalo emocionalmente hablando. Pero también, no mentiré, es una nueva exigencia de superación, ya que sientes que hasta ahora lo has hecho bien, pero no te puedes dormir, y debes mantener tus estándares tan altos como un premio así los ha situado.
¿Qué te inspiró a entrar en el mundo de la cosmética?
Llevo casi tres décadas en el sector de la estética, es mi pasión, mi motor. Durante estos años, los productos cosméticos del más alto nivel, de las principales firmas, me han ayudado a dar el mejor servicio a mis clientas. Sin embargo, cuando tu trabajo es tu pasión, y además se va sumando una experiencia personal, ves cosas que sabes que no te las ofrecen otros productos, y empecé a darle vueltas a la idea de crear mi propia línea, con productos que fuesen, funcionasen y ofreciesen aquello que sé que la gente pide y necesita. La ilusión es el motor que te lleva a hacerlo, y la seguridad de saber que sabes lo que quieres, y cómo deben de ser, es la guía para lanzarte a crear un proyecto así. También la confianza de mis clientas, que han escuchado mis consejos y pautas durante tantos años, y que me animaban a hacer algo propio porque, según me decían, seguro que sería perfecto.
¿Cuál crees que fue el factor clave para que tu producto o línea de cosméticos destacara sobre los demás en la competencia?
Sin duda la originalidad. No en el sentido de ser más estridente o “raro” que lo que ya existe, sino que, en ellos, se pueda leer una traducción real de la filosofía de trabajo de la persona que los crea. Existen millones de cremas hidratantes, de limpiadores, de contornos de ojos…; pero los tuyos deben de ofrecer algo más que una acción concreta, sino una experiencia a la altura de tus servicios en cabina. Excelencia, lujo, eficacia, sencillez.
¿Cuáles son los principios o valores fundamentales que guían tu enfoque en el desarrollo de tu línea SO?
En primer lugar, la sencillez. La sencillez entendida como que fuesen productos sin complicaciones, una sencillez que envuelva una acción avanzada, con principios activos y unas fórmulas del máximo nivel cosmético, con una sensorialidad sublime y una estética que tradujese en líneas, colores y tipografía mi esencia profesional. Productos que transmitan confianza, que funcionen y se conviertan en una experiencia a la que nadie quiere renunciar mañana y noche.
¿Qué crees que distingue a tus productos de otros en el mercado?
La eficacia, la sencillez de uso, un aroma tremendamente elegante y sensorial creado en exclusiva por Ramón Monegal, y unos principios activos vanguardistas en fórmulas equilibradas y muy cosméticamente muy elegantes.
¿Cuál ha sido el mayor desafío al desarrollar tu línea, y cómo lo superaste?
Controlar la ansiedad cuando ves que algún paso del proceso, ya sea en la formulación, en la textura, en la intensidad del aroma, en la serigrafía del packaging, etc…; precisan de una rectificación y por tanto, de más tiempo. Pero también me ha ayudado a apaciguarla saber, que si de verdad quería algo especial y sin límites, el tiempo y las prisas no podían jugar un papel protagonista y mermar el proyecto en sentido alguno, sino que era una nueva inversión en conseguir la perfección.
¿Qué consejos o recomendaciones le darías a aquellos que desean entrar en el mundo de la cosmética de autor?
Que tengan paciencia, que sean fieles a su filosofía e ideas, que vuelquen en el proyecto toda su pasión, su conocimiento y su tiempo. El éxito llega, nunca es casual, y cuando lo hace, es fruto de la perseverancia y el trabajo duro, tanto tuyo como del equipo con el que trabajes. Debes de saber delegar, escuchar, aprender, pero no dejar ningún aspecto al azar ni en manos de terceros. Debes crear un equipo que te acompañe, no seguir tu a nadie para tener una crema con tu nombre.
¿Cuál crees que es el futuro de la industria de la cosmética?
La cantidad de avances en esta industria a es abrumadora, pero la piel es la misma y no avanza tan rápido. Creo que lo bueno que ya sabemos que funciona – las vitaminas, las ceramidas, el ácido hialurónico, etc – seguirán formando parte de las mejores fórmulas, pero veremos surgir nuevos y mejores vehículos que los hagan llegar a niveles más profundos, de manera más rápida y más efectiva. Creo que también veremos más y más líneas, pero también como aquellas que realmente funcionan y consiguen fidelizar al cliente, seguirán estando aquí dentro de 10 o 20 años. Veremos ingredientes y fórmulas que consiguen lo mismo de manera más suave, con menos efectos secundarios, y texturas más livianas y gustosas.
¿Cuál es tu próximo proyecto? ¿Nos puedes adelantar algo?
En septiembre lanzaré un contorno de ojos maravilloso, y a finales de año un retinol muy especial… Ahora acabo de lanzar mi primer producto corporal, una crema tan sofisticada como las de rostro, que regala al cuerpo sus muchos beneficios, y I am the rich cream, una versión más rica, nutritiva y regeneradora de mi primera crema facial con una función antiedad mucho más intensa, y ambas están siendo un auténtico éxito.
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